Esta nota periodística me pareció muy interesante, pues se trata de un tema poco trabajado en nuestra realidad, y que requiere del interés de las autoridades. Ahí les va:
05-07-2010
El Instituto de Biomecánica de Valencia (IBV) y la Asociación FEAPS para el Empleo de Personas con Discapacidad Intelectual (AFEM) colaborarán en el desarrollo de nuevas iniciativas destinadas a mejorar la calidad de vida de las personas con discapacidad intelectual, facilitándoles su inserción sociolaboral.
Así ha quedado de manifiesto durante la reunión de trabajo mantenida esta mañana en la sede del centro tecnológico a la que han asistido el presidente de AFEM, Alexandre Martínez, el presidente de CERMI Comunidad Valenciana, Juan Planells, y el presidente de Asprona Valencia, Mario Puerto.
El director del IBV, Pedro Vera, les ha acompañado en la visita a las instalaciones del centro, donde la comitiva ha tenido la oportunidad de profundizar en la intensa actividad desarrollada por el IBV en materia de Salud Laboral.
En esta línea de trabajo, las actividades del Instituto de Biomecánica tienen como objetivo mejorar el bienestar de los trabajadores fomentando y manteniendo su salud, lo que redunda en un incremento de la productividad (mejorar el rendimiento y eficacia, prevenir riesgos) y de la competitividad de las empresas.
En este contexto, el IBV ofrece servicios destinados a la evaluación de riesgos ergonómicos y al rediseño de puestos de trabajo, la valoración y adaptación de puestos de trabajo para personas con discapacidad, entre otros.
Según un estudio de AFEM, más de un 60% de las personas que tienen alguna discapacidad intelectual y que están en condiciones de trabajar se encuentra en situación de desempleo.
En España viven cerca de 230.000 personas con algún tipo de discapacidad intelectual y alrededor de 50.000 son susceptibles de ser empleadas: 10.000 trabajan en los llamados Centros Especiales de Empleo; otras 5.000 han sido contratadas en la empresa ordinaria y las restantes 35.000 se encuentran sin empleo.
En España viven cerca de 230.000 personas con algún tipo de discapacidad intelectual y alrededor de 50.000 son susceptibles de ser empleadas: 10.000 trabajan en los llamados Centros Especiales de Empleo; otras 5.000 han sido contratadas en la empresa ordinaria y las restantes 35.000 se encuentran sin empleo.
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