martes, 12 de octubre de 2010

EL RUIDO TAMBIÉN AFECTA EL CORAZÓN



El ruido es el sonido no deseado por el receptor, y es una causa importante de preocupación, pues afecta tanto a la salud como al comportamiento individual y social.

De acuerdo a las conclusiones a las que han llegado investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid, la exposición constante al ruido laboral puede ocasionar alteraciones cardíacas a largo plazo, sin que las personas afectadas aprecien síntomas de enfermedad. Uno de los principales motivos podría ser que la exposición constante a muchos decibelios causa modificaciones en el comportamiento, cansancio y estrés. Todos estos aspectos, a su vez, comportan problemas psicofísicos que pueden acabar en complicaciones cardiovasculares. 

El trabajo se ha centrado en el campo de la aeronáutica militar, una profesión cuya exposición al ruido es más que evidente. El hecho de que la mayor discapacidad laboral en este sector responda a patologías cardiovasculares hizo pensar a los científicos que el ruido es un factor de riesgo para la salud del corazón.


El ruido prolongado es dañino

Los resultados muestran que la emisión sonora de baja frecuencia a niveles superiores a 100 dB causa efectos no auditivos que, al incidir como presión en el cuerpo, pueden causar alteraciones en el corazón sin que se noten síntomas.

En 2005, los resultados de un estudio realizado por investigadores de la Universidad Charité en Berlín (Alemania), que implicó a 32 hospitales, llevaron a pedir a las autoridades la disminución del nivel de ruido laboral a partir del cual es obligatorio llevar protección auditiva. El valor actual de 85 decibelios, implantado en la mayor parte de países, debería rebajarse en su opinión, hasta un valor entre 65 y 75 dB.

Los científicos destacaron que esta necesidad de reducción cobraba más importancia en personas con alguna enfermedad cardiovascular. Los resultados del estudio alemán confirmaron que el ruido podría aumentar el estrés psicológico y el malhumor, lo que conduciría a incrementos en los niveles de adrenalina y noradrenalina asociados con un aumento de la presión arterial y lípidos plasmáticos. En resumen, por el estrés y el cansancio.



Efectos del ruido

El ruido puede ocasionar efectos perniciosos en varios órganos del cuerpo. La primera consecuencia de la exposición diaria y continuada al ruido es la pérdida de sensibilidad o una disminución de la capacidad auditiva.

Además de la pérdida auditiva, la exposición continuada al ruido puede causar un aumento de la frecuencia respiratoria, hipertensión arterial y arteriosclerosis, alteraciones de la agudeza visual, aumento de la incidencia de úlceras gastroduodenales, trastornos de sueño, cansancio e irritabilidad. Además, la exposición al ruido durante mucho tiempo disminuye la coordinación y la concentración y, por tanto, aumenta la probabilidad de sufrir accidentes en el entorno laboral.


Síndrome de adaptación

Cuando un individuo acostumbra estar rodeado por el ruido, llega un momento en el que parece que sólo percibe el instante en el que el sonido desaparece. Llegar a este estado de habituación del sonido es peligroso, porque el daño se genera de forma inconsciente. En este punto, el organismo ya lleva a cabo mecanismos que acabarán por afectar seriamente a la salud, como es la disminución de la sensibilidad del oído, que lleva a la persona a no oír ruidos desagradables innecesarios, pero tampoco otros que sí debería escuchar.

Mediante un segundo mecanismo, las capas corticales del cerebro se habitúan -síndrome de adaptación- y esto propicia que se oiga el ruido sin darse cuenta. Las consecuencias que éste origina son: aumento de la frecuencia cardiaca, del flujo sanguíneo o de la actividad cerebral, entre otros.

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